Ante todo , vamos a definir qué es el microcrédito.

A menudo se asocia el microcrédito a un crédito de importe pequeño que se concede para consumo, de forma rápida y con unos tipos de intereses elevados.

El “microcrédito” o microcrédito social no es un crédito al consumo.

Se concede a personas con pocos recursos financieros para que inicien o amplíen una actividad económica.  El importe del crédito puede llegar hasta los 15.000 euros y con un tipo de interés inferior a los del mercado al considerarse un producto con una finalidad social.

Suelen ser entidades sin animo de lucro las que conceden estas operaciones: ONG, Fundaciones privadas, banco especializado.

Estas entidades son las “ instituciones de microfinanzas”, o  IMF, que establecen las condiciones para acceder a estos préstamos.

Las IMF conceden los microcréditos a las personas que presentan un buen plan de empresa y no tengan posibilidad de conseguir una financiación en una entidad tradicional al carecer de avales o garantías.

Es posible que ciertas entidades den preferencia a algún sector de la población con más riesgo de exclusión tales como  desempleados, jóvenes, mujeres, inmigrantes, minorías, …

Conseguir el microcrédito no es automático, las IMF evalúan un gran número de factores del plan de negocio así como la capacidad del promotor para ponerlo en marcha. Las IMF no piden garantías pero no aceptan solicitudes de personas endeudadas o con historial crediticio negativo.

Para un emprendedor el microcrédito es un gran oportunidad:  es una financiación que permite  convertir las ideas y los sueños  en realidad.

Tras la crisis financiera de 2008, el microcrédito en España casi ha desaparecido y son muy pocas las entidades que los siguen ofreciendo.