El dióxido de carbono, CO2, es un elemento natural que se encuentra en la atmósfera terrestre y las aguas.
Procede de erupciones volcánicas, géiseres, respiración de humanos y animales, descomposición de materiales orgánicos, de la quema de madera (incendios forestales) y combustibles fósiles.
El CO2 atmosférica es la principal fuente de carbono, necesario para la vida en la tierra: las plantas, algas y cyanobacterias usan la energía solar para fotosintetizar los carbohidratos a partir del CO2 y agua, mientras que el oxígeno, O2, es liberado a la atmósfera (ciclo del carbono).

Su concentración en la atmósfera es de alrededor 0,04 % (410 ppm) en volumen. El CO2 es un gas de efecto invernadero y el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, IPCC, afirma que el cambio climático es causado por al incremento de la concentración de CO2 en la atmósfera producido por la actividad humana desde la revolución industrial.

(ppm = parte por millón)